Hoy publicamos un esfuerzo de investigación conjunto de Trasfondo XYZ y periodistas independientes que han investigado sobre el tema, y han obtenido información sobre el caso de "la masacre de Allende", a través de distintas fuentes oficiales y extraoficiales, todas actuando bajo reserva absoluta de la identidad.
La metodología empleada para esta nota, así como para todas las notas relacionadas a los temas de seguridad y narcotráfico, implica el cruce de información y el cotejo de la misma, con más de tres fuentes distintas, que pudiesen o no estar conectadas. Las referencias y los datos se presentan en "bruto" sin hacer referencia a las fuentes que los suministraron.
La magnitud real de la masacre de Allende, ocurrida en marzo del 2011, en la zona de los Cinco Manantiales, en el norteño estado de Coahuila, en la frontera de México con Estados Unidos; no ha sido determinada con claridad, las investigaciones realizadas por el Gobierno Estatal, a través de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJEC) sólo consignaron el asesinato de 26 personas –20 de ellas de una misma familia– en una investigación, que fue poco rigurosa y se realizó extemporáneamente tres años después.
Sobre los hechos violentos que se vivieron en esta región fronteriza, durante la primavera del 2011 poco se supo en su momento; la información ha ido fluyendo con el paso del tiempo, derivada de las declaraciones oficiales de involucrados, detenidos en cortes federales de Estados Unidos y a través de canales no oficiales en México, sobre el tema la prensa y las organizaciones de Derechos Humanos, han trabajado durante estos seis años para reconstruir y evidenciar los hechos en los que se estima, desaparecieron más de 300 personasen un periodo de tres meses.
El viernes 18 de marzo del 2011, 42 camionetas todo terreno, 9 de las mismas blindadas, 2 de ellas artilladas una con una MG-3 calibre 7.62 y otra con una ametralladora pesada Browning M-2 calibre 12.65 (.50 BMG), transportando más de 200 hombres armados con un arsenal que incluía más de 150 fusiles de asalto, entre AR-15 calibre .223 y 5.56, M-16 calibre 5.56, AK-47 calibre 7.62 , FN FAL calibre 7.62 y HK-G3 calibre 7.62; una decena de carabinas M4 calibre 5.56, 4 de ellas dotadas con dispositivo lanzagranadas M203 calibre 40 mm, 4 ametralladoras ligeras FN MINIMI calibre 5.56, 3 fusiles de alta potencia Barret M82 calibre 12.7 mm y 2 lanzacohetes antitanque RPG-7 con 3 cohetes cada uno; las armas cortas fácilmente superaban el centenar, en varios calibres y modelos, había Berettas 92-F, calibre 9 mm, Glocks 17 calibre 9 mm, Glocks 21 calibre .45 ACP, Glocks 22 calibre .40 S&W y FN FiveseveN 5.7 mm; los cartuchos útiles que acompañaban este arsenal se contabilizaban en más de 25 millares, el poder de fuego sería complementado con más de medio centenar de granadas fragmentación y otros explosivos. El comando fuertemente armado llevaba suficiente poder de fuego para enfrentar y superar a un par de compañías regulares de la infantería del Ejercito Mexicano o de la infantería de Marina.
Las acciones que se dieron la noche del viernes 18 de marzo del 2011 y los días subsecuentes, daban cuenta, de la experiencia y la capacidad de la organización delictiva que las ejecutaba, el uso de armas y tácticas, eran similares a las empleadas por los grupos de fuerzas especiales del ejército mexicano y guatemalteco; la experiencia militar del comando era más que evidente, en la comunicación a través de claves y códigos transmitidos por cerca de medio centenar de radios UHF (Ultra High Frecuency). Había en el comando, elementos que llevaban trabajando con el cártel más de 15 años, con una basta experiencia operativa y entrenamiento militar, pero sobre todo, era gente de una lealtad absoluta al Z-40 (Miguel Ángel Treviño Morales), quien había ordenado el operativo, con el visto bueno del Z-3 (Heriberto Lazcano Lazcano) el hombre que había quedado al mando después de la muerte en noviembre del 2002 del Z1 (Arturo Guzmán Decena). Había gente que venia de varios estados; de Puebla, de Nogales, Sonora; de Comitán, Chiapas, de Temamatla en el Estado de México, de Veracruz, gente que había trabajado con el Cartel del Milenio en Michoacán, pero la mayoría eran gente de Tamaulipas.
Los Zetas; un grupo paramilitar, formado inicialmente por militares desertores del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) y de otros cuerpos de elite del Ejercito Mexicano y que se había escindido del Cártel del Golfo, un años atrás, en febrero del 2010; serían los responsables de las acciones acontecidas ese fin de semana. En medio del conflicto entre ambas organizaciones, durante los meses de febrero y marzo del 2011, Los Zetas tomarían el control abiertamente de la zona de los 5 manantiales en el estado de Coahuila, al norte del país, en una acción coordinada que abarcaría las ciudades de Allende, Nava, Morelos, Villa Unión, Zaragoza y Piedras Negras (ciudad fronteriza con Eagle Pass, en el Condado de Maverick, en el Estado Texas); en una contundente demostración de poder a sus antiguos patrones del Cártel del Golfo, con quienes libraban desde hacia un año una guerra, caracterizada por una cruenta escalada de violencia, sin precedentes en México.
La operación de los Zetas había iniciado una semana antes, varias células leales a Miguel Angel Treviño Morales y a Heriberto Lazcano Lazcano, se habían movilizado desde Matamoros a dos puntos estratégicos, el primero, la ciudad de Nuevo Laredo en Tamaulipas y el segundo la población de Progreso en Coahuila, dede allí iniciarían la operación para tomar la región de los 5 manantiales. Los Zetas, llevaban mas de un año reforzando su arsenal y redoblando los esfuerzos en la compra de fusiles de asalto y municiones a través de los gunshows en Texas, además de los contactos dentro del propio gobierno mexicano; la guerra que se sostenía con el Cártel del Golfo había obligado a Los Zetas a pertrecharse con armamento de mayor calibre y mejores prestaciones. Entrenados en las Fuerzas especiales del Ejercito Mexicano algunos de los miembros de Los Zetas habían recibido capacitación por parte del ejército de Estados Unidos; en la Escuela de las Américas, ubicada en Fort Bragg, Carolina del Norte, ademas de entrenamiento con instructores de la Sayeret Matkal (Fuerzas Especiales) y del Mossad (inteligencia) de Israel, en el manejo de contrainsurgencia y conflictos urbanos de baja intensidad, de esta experiencia nacería la predilección por las carabinas M4 norteamericanas y por los fusiles de asalto Galil de producción israeli.
El operativo, tenia básicamente tres objetivos definidos:
· El primero era dar una contundente acción de escarmiento a cuatro ex miembros del cartel, Mario Alfonso "Poncho" Cuéllar, Héctor Moreno Villanueva, José "El Diablo" Vazquez y José Luis Garza Gaytán, quienes después de haber convenido trabajar con Los Zetas, se habían apalabrado para trabajar con el Cartel del Golfo. Cuando el conflicto arrecio, el Cartel del Golfo decidió no trabajar la ruta de Piedras Negras-Eagle Pass y dejar por la libre a los recientes socios. Con el estigma de posibles traidores el grupo de "Poncho" Cuéllar comienza a pasar información a la DEA (Drug Enforcement Administration) Norteamericana, incluyendo el PIN del Blackberry del Z40, dato clave para localizar la ubicación del aparato por medio de triangulación de la señal.
· El segundo punto era ubicar y recuperar entre 8.5 y 10 millones de dólares que correspondían a los ingresos de esa plaza de trasiego y de la ruta de distribución Piedras Negras - Eagle Pass - San Antonio - Dallas - Oklahoma - San Luis - Chicago; generados durante el mes de enero del 2011 y que estaban bajo el cuidado de Alfonso "Poncho" Cuellar.
· El tercero era asegurar un libro de contabilidad que manejaban Afonso "Poncho" Cuellar y/o Héctor Moreno Villanueva y que daba cuenta y registro detallado de las ganancias recaudadas a través de esta ruta durante el 2010, incluyendo las transferencias y asignaciones de efectivo a los individuos que movían el dinero, hacia los puntos de acopio para su posterior entrada al sistema y blanqueo.
El operativo, tenia básicamente tres objetivos definidos:
· El primero era dar una contundente acción de escarmiento a cuatro ex miembros del cartel, Mario Alfonso "Poncho" Cuéllar, Héctor Moreno Villanueva, José "El Diablo" Vazquez y José Luis Garza Gaytán, quienes después de haber convenido trabajar con Los Zetas, se habían apalabrado para trabajar con el Cartel del Golfo. Cuando el conflicto arrecio, el Cartel del Golfo decidió no trabajar la ruta de Piedras Negras-Eagle Pass y dejar por la libre a los recientes socios. Con el estigma de posibles traidores el grupo de "Poncho" Cuéllar comienza a pasar información a la DEA (Drug Enforcement Administration) Norteamericana, incluyendo el PIN del Blackberry del Z40, dato clave para localizar la ubicación del aparato por medio de triangulación de la señal.
· El segundo punto era ubicar y recuperar entre 8.5 y 10 millones de dólares que correspondían a los ingresos de esa plaza de trasiego y de la ruta de distribución Piedras Negras - Eagle Pass - San Antonio - Dallas - Oklahoma - San Luis - Chicago; generados durante el mes de enero del 2011 y que estaban bajo el cuidado de Alfonso "Poncho" Cuellar.
· El tercero era asegurar un libro de contabilidad que manejaban Afonso "Poncho" Cuellar y/o Héctor Moreno Villanueva y que daba cuenta y registro detallado de las ganancias recaudadas a través de esta ruta durante el 2010, incluyendo las transferencias y asignaciones de efectivo a los individuos que movían el dinero, hacia los puntos de acopio para su posterior entrada al sistema y blanqueo.
Los cuatro delatores eran oriundos o tenían conexiones familiares y amistades en varios pueblos de la región de los 5 manantiales, especialmente el pueblo de Allende de donde eran oriundos Héctor Moreno Villanueva y su socio José Luis Garza Gaytán. De este pueblo el comando armado secuestraría a más de 150 personas y destruiría en total 39 viviendas, utilizando explosivos y maquinaria pesada. El comando inicio la operación poco antes de las 20 horas del viernes 18 de marzo, tomo control de la policía municipal de Allende, la cual había sido infiltrada por el cártel desde hacia algún tiempo, la consigna inicial en Allende era capturar a Moreno Villanueva y a Garza Gaytán, ambos habían huido a Estados Unidos un par de días antes del ataque. Al no dar con los objetivos buscados, el comando cambia la estrategia y secuestra a todos los familiares y amigos de Moreno Villanueva y de Garza Gaytán, todos serian llevados a un rancho ubicado en los kilómetros 7-9 de la carretera Allende-Villa Unión perteneciente a la familia Garza.
Cuando el Z40 se entera de que Moreno Villanueva y Garza Gaytán no están en Allende y que Alfonso "Poncho" Cuéllar no esta ni en Piedras Negras ni en Eagle Pass, sabe que el problema es más grave, entiende que la traición de sus ex-socios no es pasarse a colaborar con el cártel rival, es empezar a ser informantes de la DEA norteamericana, que le viene siguiendo los pasos con mayor firmeza desde el 2005. La orden ahora es ubicar y recuperar el libro de contabilidad y recabar la mayor cantidad de información posible. En el operativo participaban al menos tres células de Los Zetas, la mas numerosa al mando de Marciano Millán Vázquez, a quien se le ordeno levantar a los trabajadores domésticos de las casas y a los albañiles que las habían construido, para indagar si en las mismas habían cuartos de seguridad, bóvedas o cajas fuertes escondidas. Para esta busqueda harían uso de retroexcavadoras y explosivos. Treviño Morales informo sobre los hechos al Z-3 Lazcano Lazcano, quien movería a sus contactos dentro de la Secretaría de Seguridad Publica Federal, quienes le informarían que la DEA les había filtrado para monitoreo, los PIN de los Blackberry de los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales Z40 y el Z42. (Sobre este tema hay versiones encontradas, que manifiestan que esta información sobre los número de PIN de los Treviño, filtrada por la DEA a la Policia Federal de México, fue el detonante de la operación en Allende).
De los objetivos del operativo de Los Zetas en la región de los 5 manantiales, ninguno se cumplió, no se capturo a los delatores, no se recupero el dinero y sobre el libro contable, ahora todos niegan la existencia del mismo. Lo que si dejaron claro Los Zetas fue, quienes tenían el control de la plaza y de la ruta, replegando al Cartel del Golfo a posiciones originales en el Estado de Tamaulipas. Durante los meses posteriores el control de la zona se mantendría y se extendería a regiones en el sur del Estado de Coahuila y en el Estado de Monterrey.
Heriberto Lazcano Lazcano, caería supuestamente abatido un año y medio después, el 7 de octubre del 2012, en un enfrentamiento fortuito con elementos de la Armada de México; dos días después, su cuerpo sería robado de las instalaciones de una funeraria en el poblado de Sabinas,Coahuila, por un comando armado, bajo las ordenes de Miguel Ángel Treviño Morales. El 13 de julio del 2013, seria capturado Miguel Ángel Treviño Morales, en un operativo relámpago realizado por el ejercito y la marina mexicanos, el apoyo de la DEA norteamericana. Óscar Omar Treviño Morales el Z42 sería detenido en una zona residencial de Monterrey, Nuevo Leon, en un operativo realizado por fuerzas federales, la madrugada del 4 de marzo del 2015.
Para comprender cómo los carteles de la droga, llegaron al nivel de poder, que les permitiese mantener pequeños ejércitos privados, coptar a las autoridades, arrasar con un pueblo y desaparecer sistemáticamente a más de 300 personas, debemos buscar en los orígenes históricos de los grupos criminales que hoy controlan el entramado y complejo mapa del narcotráfico en México y que son partícipes de un conflicto de baja intensidad, extremadamente violento, que suma más de 150 mil muertos y más de 30 mil desaparecidos, en los últimos 10 años.
Las acciones desplegadas por el Cártel de los Zetas en febrero, marzo y abril del 2011, en el norte del estado de Coahuila, darían cuenta clara de lo que se vive en muchas regiones del territorio fronterizo mexicano, en donde el Estado como tal, ha perdido la capacidad de garantizar la seguridad y la correcta aplicación de la ley. La realidad es que muchas de estas regiones de la frontera con Estados Unidos, en un principio por su lejanía de los centros del poder federal y estatal y por otra parte por sus grandes extensiones de terreno agreste y semidesértico, habían resultado difíciles de controlar para un gobierno que había centralizado su poder político a más de 1,700 kilómetros.
Lo acontecido en la zona fronteriza de los estados de Coahuila en México y Texas en Estados Unidos, marca la trascendencia de controlar este territorio y la importancia de las rutas que parten desde esta zona de México, hacia las grandes ciudades en Estados Unidos. El control de las rutas y el manejo del tráfico de estupefacientes, armas y dinero; son y han sido desde siempre la especialidad del Cártel del Golfo y de su ramal escindido Los Zetas, que a principios del 2011 se disputabán abiertamente toda la zona del noreste mexicano.
Coexisten en México, dos Mexicos sumidos en la misma espiral de violencia, ligada al narco, el primero es el México traficante, el de los pasos en la frontera y control de las rutas dentro de la Union Americana; el otro México es el México productor, el de la sierras madre occidental y del sur, el de los campos donde se cultiva la Amapola y el Cáñamo. En el medio, los distintos Cárteles, que actúan como perfectos interlocutores, entre estos dos Méxicos, que permanecen inmersos en un negocio que hoy vale miles de millones de dólares y que está regido como cualquier otro, por las leyes de la oferta y la demanda, además de estar obligado a generar ganancias.
Estas regiones en la frontera o en la sierra, estuvieron y continúan estando al margen de las realidades que vive el México moderno, sumidas en la miseria del olvido desde siempre, alejadas por cientos de kilómetros de los centros urbanos, sobreviviendo enclaustradas en lo profundo de las sierras que atraviesan México o de los desérticos valles de la frontera con Estados Unidos. Con los años algo del progreso toco estas comunidades, en donde la sierra había dado cobijo a que florecieran silvestremente la amapola y el cáñamo; y la frontera prosperaba a la sombra del tráfico con los vecinos del norte.
La vida en estos pueblos y municipios de la sierra en los estados de Chihuahua, Durango, Sinaloa, Jalisco, Michoacán y Guerrero, no es muy distinta a los territorios olvidados de la frontera, en la sierra también la vida era y es, agreste y ríspida, y las actividades de una incipiente agricultura de subsistencia, fueron reemplazadas hace más de 50 años por los monocultivos ilegales.
En estas apartadas regiones de la sierra y la frontera, la ley impera de manera distinta, ante la ausencia tácita de las instituciones formales del estado y de la colectividad social que debe proteger el estado de derecho para beneficio de la sociedad misma, la ley termina siendo aplicada por los poderes de facto existentes, muchos de estos surgidos al margen de las leyes vigentes y en muchas ocasiones usurpando las instituciones establecidas para regir a la sociedad. La cultura en estos pueblos es ya desde hace muchas décadas, una cultura donde las diferencias y desavenencias individuales y sociales se resuelven bajo el rigor del uso del revólver.
NOTA DEL EDITOR SOBRE LA COBERTURA DE TEMAS SENSITIVOS....
Durante los últimos tres años parte de nuestro equipo ha trabajado en la investigación y recopilación de información sobre temas relacionados a la seguridad y el narcotráfico, buscando entender el fenómeno desde una perspectiva global, pero manteniendo el foco sobre la información relativa a la región de las Américas, principalmente en México, Estados Unidos y Colombia.
De la recopilación de información y datos, se pasó a la corroboración de los mismos por las distintas vías posibles, entre ellas periodistas que trabajan la fuente y conocen del tema (algunos de ellos ya no están y figuran hoy en las estadísticas de periodistas asesinados y desaparecidos).
Sobre el tema y apegados a una linea de investigación, se han ido definiendo algunos puntos importantes:
NOTA DEL EDITOR SOBRE LA COBERTURA DE TEMAS SENSITIVOS....
Durante los últimos tres años parte de nuestro equipo ha trabajado en la investigación y recopilación de información sobre temas relacionados a la seguridad y el narcotráfico, buscando entender el fenómeno desde una perspectiva global, pero manteniendo el foco sobre la información relativa a la región de las Américas, principalmente en México, Estados Unidos y Colombia.
De la recopilación de información y datos, se pasó a la corroboración de los mismos por las distintas vías posibles, entre ellas periodistas que trabajan la fuente y conocen del tema (algunos de ellos ya no están y figuran hoy en las estadísticas de periodistas asesinados y desaparecidos).
Sobre el tema y apegados a una linea de investigación, se han ido definiendo algunos puntos importantes:
- Análisis y Seguimiento de la producción y los mercados de la heroína y las metanfetaminas.
- Estructura y relaciones geográficas y migratorias entre los puntos de producción en México y los grandes centros de distribución en Estados Unidos.
- Seguimiento de la geopolítica local, cotejando la relación entre la division política y el mapeo topográfico de la región.
- Riesgos y problemáticas del ejercicio público y de la gobernabilidad en los municipios y comunidades de la Sierra Madre Occidental y de la Sierra Madre del Sur.
- Análisis del Mercado de la Marijuana y la migración de su cultivo ante su legalización escalonada en los Estados Unidos.
- Injerencia social y cultural de las operaciones del narcotráfico en las diferentes áreas de la sociedad, en las zonas y regiones productoras.
- Orígenes históricos y socio políticos del trafico de narcóticos en México y del consumo en Estados Unidos.
Durante este proceso de investigación las amenazas indirectas habían permanecido constantes de una forma u otra, principalmente a través de comentarios en las redes sociales y llamadas telefónicas. La mecánica de las mismas arreció sistemáticamente en la medida que buscamos corroborar con algunas fuentes ciertos datos.
Bajo esta perspectiva se debe y se esta en la obligación tácita de ser cauteloso y cuidadoso en materia de seguridad, con este fin hemos tomado las medidas básicas necesarias para garantizar nuestra integridad y poder mantener vigente nuestro trabajo.
/ Redacción de El Trasfondo
