LightBlog

abril 02, 2007

Cuba: Para entender la Revolución...

La Habana, Cuba - 2009
Nota del editor: Se reproduce este texto, por considerarlo un análisis de interés sobre la realidad de la revolución cubana, expuesto desde una perspectiva diferente y bastante objetiva. El texto original fue publicado en la revista Acequias #37 (septiembre del 2006). Universidad Iberoamericana (Campus Laguna), México.

Por:  Benjamín Forcano 
Para: Acequias | @IberoTorreon

Desde que la salud de Fidel es un secreto de estado, son muchas las opiniones que se limitan a describir las miserias de la revolución cubana y más los deseos de que acabe quien la ha sojuzgado por casi cincuenta años. No encuentro análisis de la historia de la revolución con sus sueños, sus gentes, sus vaivenes internacionales, sus logros y fracasos. Hay quien confunde una revolución con una dictadura y la de Castro sería la de aquellas que no ha dejado a los cubanos sino “los ideales mínimos de la supervivencia cotidiana o la fuga desesperada hacia las playas del infierno capitalista… pues adormecidos, sometidos y guiados por las mentiras oficiales no saben si no dejarse arrear y salir a vitorear a un tirano octogenario que los castra y anula” (M.Vargas Llosa, El Pais , 13 de agosto del 2006).

Salta a la vista que Fidel es un “dictador atípico”. Díganme si no qué hay en común entre Fidel y Strôner, Fidel y Pinochet, Fidel y Trujillo, Fidel y Duvalier, Fidel y Zomoza, o entre Fidel y las “democracias” de Salinas, Fujimori o Menen y otras del ambito latinoamericano. Díganme cómo trató a uno y a otro la política del país más poderoso de la tierra.
Las opiniones de hoy son casi todas contra Fidel y atizan la idea interesada de la democratización de Cuba. Nadie narra lo realizado por la revolución, bueno o malo. Es un presupuesto indiscutible que la revolución cubana es una dictadura cruel, encarnada en castro. Y contra esa dictadura vale todo, no hay concesiones, sino anatemas contundentes.
Yo me alejo de las cantinelas de una y otra parte. No me interesan las sentencias totalitarias al estilo de Vargas Llosa. No hacen justicia a la realidad. El itinerario histórico de la revolución cubana es otro. ¿Qué han investigado ideólogos a lo Vargas Llosa sobre los bloqueos, chantajes, mentiras y sobre las luchas, sufrimientos y heroísmos de la popular revolución cubana? Porque la revolución cubana no es sólo Fidel, ni se ventila con acabar con él. Hay todo un pueblo detrás y, para acabarla, hay que acabar con todo un pueblo.
Me comportaría neciamente si me conformase con oír que el régimen de Fidel Castro es una dictadura o una democracia al estilo occidental. Fidel Castro ha podido creer indispensable su perpetuación en el poder. Y tiene, seguramente, razones para ello. Porque nadie como èl ha conocido la voluntad de acabar con la revolución cubana desde la política norteamericana y nadie como èl ha decidido luchar contra esa voluntad. Antonio Gades dijo: “A Cuba no se le perdona el que haya hecho una revolución popular y haberse mantenido firme, sin claudicar, frente al pais màs poderoso de la tierra”. Haga lo que haga, esta revolución recibió sentencia de muerte desde el principio: con Eissenhover, con Kennedy, con Jhonson, con Nixon, con Carter, con los Bush, y con todos los demás presidentes norteamericanos, bajo el pretexto de se aliada del comunismo internacional, de la URSS y de constituir una amenaza para la seguridad nacional y las libertades humanas. En contra de todas las resoluciones de la ONU, Estados Unidos mantiene año tras año su bloqueo contra Cuba: más de 72,000 millones de dólares convertidos en acoso y distorsión de un pueblo, de su imagen, de su productividad, de su comercio y progreso.
Pero esto viene de lejos: “Si tenemos necesidad de tomar America Central, lo mejor que podemos hacer es obrar como amos, ir a esas tierras como señores” (Brown). “El comercio mundial es y serà nuestro” (Albert J. Beverige). “Cuando en nuestras posesiones se cuestiona la quinta libertad (la libertad de saquear y explotar) los Estados Unidos suelen recurrir a la subversión, al terror, o a la agresión directa para restaurarla” (Noam Chomsky).
Históricamente aparece claro el destino que Estados Unidos reserva a Cuba: “Cuba solo puede gravitar políticamente hacia la Unión Norteamericana” (Adams).
La realidad es que Europa no ha mirado a Cuba con respeto y equidad antes de dictar medidas punitivas contra ella. En tiempo del gobierno de Aznar, “Estados Unidos vió cómo la Unión Europea, se plegaba a las condiciones impuestas sobre la ley Helms-Burton” (El Pais, 13 de Noviembre, de 1996).

Fidel Castro y  Camilo Cienfuegos en 1959 tras el Triunfo de la Revolución Cubana

El progreso y bienestar de un pueblo se miden en base a índices objetivos. Pueden verse los de Cuba contra el promedio de los otros países de América Latina:
Analfabetismo: 0.2% contra un 11.7; escolarización en la enseñanza primaria: 100% contra un 92%; alumnos que alcanzan el quinto grado: 100% contra 76%; mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos: 6.2% contra un 32%; incidencia anual de SIDA por millón de habitantes: 15.60% contra 65.25%. En cuanto a la industria farmacéutica: “Cuba posee una industria farmacéutica de las más avanzadas de América Latina y marcha a la vanguardia en cuanto a la producción de de productos farmacéuticos y vacunas que se venden en el mundo” (Jhon Bolton, subsecretario de Estado, poco antes del 11 de septiembre). En el campo de la investigación, Cuba dispone ya de 500 patentes, depositadas en el exterior, algunas de ellas galardonadas con la medalla de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Y esta sacando al mercado más de 50 productos entre biofármacos, vacunas y diagnósticos.
En los 47 años de revolución más de 34,307 médicos y trabajadores de la salud han prestado servicios gratuitos en numerosos países. Actualmente son más de 2,700 los que cumplen su misión en lugares apartados e inhóspitos de América Latina, El Caribe, y África. Procedentes de más de 120 países del Tercer Mundo, 39,800 jóvenes se han graduado en Cuba en 33 especialidades universitarias y técnicas. Y hoy a pesar del bloqueo, más de 8,000 jóvenes de América Latina, El Caribe, y África cursan estudios de medicina en Cuba –una carrera que en EE.UU. cuesta más de 200,000 dólares- sin pagar un centavo. Incluso jóvenes norteamericanos, sin recursos para estudiar medicina, han recibido cientos de becas en la Escuela Latinoamericana de Ciencias Medicas. Últimamente, en Venezuela y Nicaragua, son decenas de miles los ciudadanos que mediante la “operación Milagro” están recuperando en Cuba la vista.
¿A cuánto no se rebajaría la dictadura económica de la Unión Europea y de EE.UU. si, a ejemplo de Cuba, sus democracias practicasen la solidaridad con los países más explotados? ¿Demuestran con su realpolitik ser más demócratas que Cuba? A la revolución cubana se le juzga sólo por la falta de libertad y de pluralismo político. Implantar la libertad es deber tarea incesante de toda política, pero instalarla a base de entronizar privilegios y monopolios de poderosas minorías, equivale a sacrificar bienes y derechos fundamentales de la población, lo que es una enorme injusticia. Hemos entendido bien aquello de que “la libertad sin justicia es como una flor sobre un cadáver”
Los datos aportados pertenecen a la revolución cubana –no se cosa igual de ninguna dictadura- y brotan del espíritu de Fidel, del Che, de Camilo y de otros miles de revolucionarios que sienten la dignidad de ser libres y de colaborar a la emancipación y justicia de los países pobres, en medio de un pertinaz acoso y aislamiento internacional. Cierto en Cuba no hay libertad, no hay pluralidad de partidos, no hay economía libre, no hay lugar para la iniciativa individual y competencia libre. Pero de haberla, ¿Quiénes se habrían beneficiado?, ¿Quién se habría apoderado de su soberanía? ¿Son de verdad libres y justos los países que, con democracia, viven dominados, humillados y usados como títeres del capitalismo?

La revolución Cubana, con Fidel y a pesar de él, sigue en pie y es emblema para los que todavía sueñan con una sociedad donde la economía no se encuentre sobre la ética y el derecho. En Cuba, se necesita una regeneración colectiva, donde las conciencias, sin abdicar del inmenso potencial solidario de la revolución, reivindiquen el protagonismo de su dignidad, el derecho a obrar como personas libres o, en todo caso, a ser activos y responsables militantes en el Partido como espacio para impulsar los derechos de la persona y los intereses de las mayorías.
¿Sólo en Cuba hay falta de libertad? ¿Cuántos desmanes y cadáveres hemos visto a lo largo y ancho del Tercer Mundo y en países denominados democráticos en América Latina? Siempre he pensado que ninguno de los dos dilemas es deseable: ni la libertad sin justicia, ni justicia sin libertad. No es bueno socializar la justicia a base de hipotecar los sueños de libertad; ni es bueno socializar la libertad a base de hipotecar los sueños de justicia. El neoliberalismo está por lo socialización de la libertad, porque sabe que siempre acaba siendo libertad de los mas fuertes. Y el socialismo esta por la socialización de la justicia, con propensión al secuestro de la libertad. Pero, en nuestra América Latina la bandera de la libertad esgrimida por los poderosos ha servido casi siempre para aplastar la justicia y acabar con la liberación.
Me parece entrever, cuando paseo por las calles de La Habana, el esplendor apagado de una revolución, la tragedia de una población que vibró por un ideal de justicia y hermandad, y que luego los amos extranjeros del capital le obligaron a mermar y desdeñar, no fuera que se hiciera verdad y los pueblos despertaran del sueño de unas democracias aparentes, celebradas como gobierno del pueblo. La revolución era demasiado bonita, demasiado solidaria, demasiado temible para mentes obsesivamente individualistas. El culto del individualismo no tolera en occidente los aires frescos de un proyecto social más igual y comunitario. Ese proyecto, añorado en el fondo por todos, pasa a ser proscrito, porque se ha impuesto feroz la lucha de unos contra otros. No la justicia, el amor y la libertad de todos, sino la libertad de unos pocos a costa de la servidumbre de muchos.
Eso es, por más que me lo nieguen, lo que crepita en el rescoldo de la revolución cubana y es lo que, a mí por lo menos, me hace defenderla críticamente en contra de retóricos detractores, que no han vislumbrado nunca las grandes causas, porque nunca han sabido compartir la dignidad y altivez de quienes de una y otra forma fueron relegados al cubo de basura de la historia. ¿a qué dictaduras, de las de verdad, no han entrenado, aupado, y consolidado las políticas colonizadoras e imperialistas? ¿Y a cuántas de esas dictaduras han dedicado los demócratas sus esfuerzos de crítica, de lucha y derribo, como los demostrados contra Cuba.

La revolución Cubana sigue resistiendo. Pero, la resistencia no es una norma que debe instalarse como algo habitual en la convivencia de un pueblo. Las utopías necesitan traducirse en hechos, como ya ha ocurrido en parte en Cuba, pero necesitan también unas condiciones socioeconómicas, culturales y políticas normales, lejos de la forzada vigilancia de un Estado acosado y agredido y lejos sobre todo de unos Estados neoliberales que patrocinan la voracidad de las multinacionales y el dominio de los grupos de poder. Cuba necesita que le dejen ensayar un nuevo modelo, desde la experiencia y larga defensa de su soberanía, por su sentido altamente socio-comunitario y por su excelsa solidaridad con los países más pobres.
El Estado, bajo cualquiera de sus acepciones, no puede suplantar a la persona ni mutilar sus recónditos anhelos de participación y protagonismo social. Como decía el Che el hombre nuevo debe forjarse a base de troquelar la conciencia con profundos estímulos morales, los cuales le impiden convertirse en marioneta de cualquier poder político. El poder político no tiene sentido en sí ni para sí, sino que emerge de la comunidad y es a ella a la que sirve teniendo como base y limite de su actuación la dignidad humana y sus derechos.
Quien ame a la revolución cubana reconocerá que en la Cuba actual asoma un malestar interno, que delata fuerte insatisfacción entre Régimen, Gobierno y Sociedad. Los revolucionarios deben ser creativos en la búsqueda de salidas a la situación actual. Lo cual no se puede llevar a cabo sin terminar por completo el vergonzoso bloqueo que impide una política serena y razonable. En este sentido, los cubanos no quieren ser liberados a base de liquidar su soberanía, ni pueden depender en su economía, como ahora esta ocurriendo, de las remesas exteriores de familiares ni de las compras sucesivas a los granjeros norteamericanos. El cubano debe encontrar dentro de su país condiciones positivas y estables para su realización y no sentirse tentado de abandonar su patria. Tal cosa es imposible mientras no se logre la autodeterminación económica de los cubanos y los coloque fuera de la interacción económica mundial. Y no es menos importante asegurar también los derechos humanos dentro de una convivencia plural, políticamente hablando. Pero ¿Cómo enfrentar este desafío?
Se trata - y en esto me limito a detectar ideas y deseos susurrados entre muchos cubanos- de desactivar todos los conflictos, preparando el terreno para una transición pacifica. Y esto supone un dialogo inclusivo, que abra el hogar nacional a todos y, como condición primera e indispensable, la salvaguarda del valor de la independencia y soberania de Cuba y de los cubanos. El paso hacia una transición tranquila –sigo escuchando esos crecientes susurros- debe satisfacer una serie de requisitos, que actuaran como garantía de una real propuesta. Los requisitos son: la gradualidad, la confianza, la moderación, la inclusión positiva y la seguridad colectiva. Gradualidad en cambios escalonados que permitan establecer prioridades y ciertos cambios básicos; confianza que considera el proceso de cambio como necesario y positivo para todos; moderación que apunta a metas posibles, mediante un dialogo que evita la descalificación y toda confrontación estéril; Inclusión positiva, que trata de ir a favor de todos; seguridad colectiva, que asienta como intocable la soberanía de Cuba y su no aislamiento en la comunidad internacional.
Los cubanos entienden que la revolución debe avanzar hacia una mayor democratización, pero sin que eso suponga entrar en la condición de una democracia asistida. Independencia y democratización son dos pilares inseparables.
Desde una apuesta por el futuro, se pueden diseñar unas bases que garanticen la transición pacifica de Cuba, a base de un gran acuerdo, un acuerdo de todos:
1. Que haga que la transición se haga sin injerencia de potencia extranjera alguna.
2. Que imposibilite cualquier ajuste de cuentas por agravios pasados y permita resolver y sellar las fracturas políticas y culturales.
3. Que asegure a los actuales inquilinos o usufructuarios la propiedad de sus bienes.
4. Que excluya toda forma de terrorismo, preserve la integridad de la persona y condene todo acto de violencia.
5. Que asegure un consenso para preservar las instituciones de servicio actualmente existentes y ponga en práctica políticas desde el estado o sociedad civil contra las fracturas y exclusiones sociales presentes y futuras.
6. Que reconozca el dialogo como vía para resolver las diferencias y conflictos.

Desde estas bases, Cuba y la comunidad internacional debieran apoyar esta transición pacifica, que comenzaría por aplicar las siguientes medidas: 1. liberación de todos los prisioneros políticos y de conciencia. 2. Promover la creación de una Comisión Nacional de Derechos Humanos. 3. Promover la cooperativización extensiva de los servicios, permitir la inversión de los capitales que poseen los cubanos y ampliar las categorías del Trabajo por Cuenta Propia. 4. Promover y apoyar el reconocimiento público y social de un Dialogo y Consulta Nacionales sobre Independencia, Soberanía y Democratización en Cuba. 5. Promover una acción ciudadana de soberanía preventiva. 6. Desplegar una diplomacia activa para recavar apoyo a esta propuesta de forma global.

El autor es Sacerdote y teólogo claretiano. Es licenciado por la Universidad Romana de Santo Tomas de Aquino y cuenta con una especialidad en Teología Moral por la Academia Alfonsina de Roma. Es autor de "El sueño de los pobres" ,"Leonardo Boff. Semblanza ", "Teología de la Liberación: Textos básicos y procesos en Roma", "Nueva etica sexual", "El evangelio como Horizonte", "El Che y la teología de la liberación" y "El futuro del socialismo" entre otros.


#SISMOMÉXICO SEPTIEMBRE 19 2017








COMO AYUDAR


SISMO 19 DE SEPTIEMBRE 2017

CRUZ ROJA


Apoya a la CRUZ ROJA MEXICANA
Donando a través de su portal: .
WWW.CRUZROJADONACIONES.ORG
o a la cuenta de: BANCOMER
04 04 04 04 06

DONAR AHORA →

TOPOS TLATELOLCO


Apoya a los TOPOS TLATELOLCO
Informarmación a través de su portal: .
WWW.TOPOS.MX
o a la cuenta de: SANTANDER
CLABE 014180920007092942

DONAR AHORA →

UNICEF MÉXICO


Contribuye con la UNICEF MÉXICO
Donar a través de su portal: .
WWW.DONAUNICEF.ORG.MX
o a la cuenta de: BANAMEX
CLABE 002180019760394046

DONAR AHORA →

FUNDACIÓN CARLOS SLIM


Apoya a la FUNDACIÓN CARLOS SLIM
Donando a través de su portal: .
WWW.FUNDACIONCARLOSSLIM.ORG
o a la cuenta de: IMBURSA
CLABE 036180111111111111

DONAR AHORA →



REPORTAJE DE FONDO






ESPACIO PUBLICITARIO PAGADO POR CLICK




LA NOTA DEL EDITOR








NUESTRA SELECCIÓN MENSUAL DE LIBROS


AGOSTO - SEPTIEMBRE 2017

ENSAYO SOCIAL


El periodista y escritor mexicano, Javier Valdez Cárdenas, asesinado en Culiacan, Sinaloa, el 15 de mayo del 2017, describe en "Narcoperiodismo" como el narcotráfico y los cárteles de la droga han permeado el ejercicio periodístico.

COMPRAR AHORA →

NOVELA BREVE


La historia de Gerónimo González Garza, es la historia que escriben millones de migrantes mexicanos. Diego Enrique Osorno, periodista y escritor mexicano, relata esta historia, de forma magistral, dando voz a "Un vaquero -que- cruza la frontera en silencio".

COMPRAR AHORA →

INVESTIGACIÓN


En 1985 el agente de la DEA Enrique Camarena es asesinado en México, sentando un parteaguas en la historia del Narcotráfico en el país. Este libro recoge la investigación periodística realizada por Jesus Esquivel en torno al caso y las vinculaciones de la CIA.

COMPRAR AHORA →

NOVELA HISTÓRICA


El escritor español Idelfonso Falcones, retoma 10 años después en "Los Herderos de la Tierra" la secuela de su obra "La Catedral del Mar", amabas obras resultan un fiel relato histórico, de la mediterranea Barcelona medieval, magistralmente escrito.

COMPRAR AHORA →