Donalt J. Trump · Presidente de los Estados Unidos (Archivo) |
EDITORIAL / ANALISIS · EL TRASFONDO
Divide y vencerás… Parece ser la máxima que rige la mentalidad con la que hoy se dirige la mayor potencia del mundo, Donald John Trump cumple este 30 de abril, 100 días en el ejercicio de gobernar la potencia económica y militar más grande del planeta. La retórica de su discurso se ha basado en crear muros, unos estructurales como el que planea construir en la frontera que Estados Unidos comparte con México y otros supra-estructurales como el que ha intentado implementar al establecer un veto a la cultura musulmana y los países que la representan.
A Trump le ha ganado siempre el querer hacer, al querer pensar, sus acciones parecen estar revestidas de decisiones tomadas con la visera y no debidamente tamizadas por el análisis de la psiquis que evalúa oportunamente las consecuencias de las mismas.
Es este pragmatismo vacío el que lo ha llevado en este centenar de días a firmar un sin número de órdenes ejecutivas para perseguir a los latinos y a los musulmanes, en dos frentes que parecen distintos, pero que al final son el mismo, perseguir y segregar a quienes no son iguales a él.
En estos dos frentes de batalla de Trump ha ejercido acciones que resultan, temerarias y que atentan contra los principios básicos en los que se basa la esencia del pueblo de la nación que gobierna y debiera representar. La esencia de su pensar es separar todo lo que no piensa, vive y respira como él, y ha pasado a la práctica con dos ejemplos muy claros Mexico y Siria.
Desde el principio de su administración (y desde su candidatura) ha sido insistente en agredir y vilipendiar a México, su vecino y su principal socio comercial, ha reiterado su intención de construir un “Muro” que divida los 3180 Kilómetros de ancho de la franja que une y separa a México y a Estados Unidos, esta es una de las zonas fronterizas más activas a nivel mundial, en este espacio conviven 14 millones de personas, que han desarrollado y fortalecido una de las relaciones comerciales y sociales más fuertes en la actualidad, el comercio entre México y Estados Unidos se calcula en un millón de dólares por minuto. Los vilipendios de Trump a México, a su Gobierno, al pueblo de México y sobre todo a la comunidad de inmigrantes mexicanos que hoy reside en Estados Unidos, van más allá del empecinamiento en construir el muro fronterizo, buscan golpear la economía mexicana a través de frenar el envío de remesas, impedir la inversión de las empresas norteamericanas en México y renegociar las condiciones comerciales establecidas en el TLCAN. Con sus acciones Trump está poniendo en riesgo la relación comercial bilateral más grande que tienen tanto Estados Unidos como México y las consecuencias serán más que graves para ambos pueblos.
Muro que divide parte de la frontera entre México y Estados Unidos |
Un misil Tomahawk es disparado desde la cubierta del destructor estadounidense USS Porter |
El conflicto se torna complejo ya que una de las facciones que se oponen abiertamente al régimen de al-Assad está compuesta por miembros del Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) que es considerada por Estados Unidos y los gobiernos Occidentales como una organización terrorista. Estados Unidos interviene en dos frentes del conflicto, apoyando el derrocamiento de al-Assad y combatiendo a las facciones de los rebeldes apoyados por ISIS.
Durante la administración de Obama, Estados Unidos había intervenido de forma permanente pero mesurada y atendiendo particular interés en combatir y cooptar las capacidades operativas de ISIS en la región. Durante este tiempo y desde una figura opositora Donald Trump había manifestado que Estados Unidos debería mantenerse al margen del conflicto. Al asumir el poder el 20 de enero de este año mantuvo esta retórica en la palabra, sin embargo en la práctica las acciones de Estados Unidos se mantienen en el terreno abonando a un conflicto que se recrudece cada dia mas.
En una acción que despierta innumerables dudas Trump decide cambiar drásticamente la postura y de forma unilateral e inconsulta bombardear Siria en un ataque con 59 misiles balísticos de crucero Tomahawk en represalia a un supuesto uso de armas químicas por parte del ejército Sirio leal a al-Assad, en un ataque aéreo a posiciones e instalaciones rebeldes en la localidad de Jan Sheijun ubicada a unos 260 kilómetros de Damasco la capital Siria y que ocasionó un centenar de muertos y más de 400 heridos
Trump manda con este acto, varios mensajes, el primero y más claro es que puede usar la fuerza, sin avisar; el segundo es reafirmar la capacidad y poder bélico de Estados Unidos y el Tercero es demostrar a las consecuencias que puede tener oponerse a los “intereses” y “políticas” de Estados Unidos.
Con este ataque Trump se distancia de la Rusia de Putin con quien había tenido un acercamiento notable, golpea a la comunidad Árabe y musulmana que ve representado en el pueblo Sirio del sufrimiento de su comunidad en manos de occidente y advierte a Korea del Norte e Irán, que está dispuesto a usar la fuerza y atacar a quien le adverse.
Así de esta forma Donald J. Trump, levanta más muros para segregar y abrir aún más las diferencias, en esta dividida sociedad global en la que hoy conviven y sobreviven cerca de 7 mil 500 millones de almas.